A la cocina con Topa. El artista tan querido por los chicos se mete de lleno en la cocina y nos invita a compartir recetas simples y rápidas con los niños de la casa.
¿Qué comía El Principito?, ¿vivía de delivery o se preparaba la cena él mismo? En este último caso, ¿dónde estaba su cocina (probablemente en el lado no visible de su pequeño planeta). Y lo más enigmático de todo: ¿quién le enseñó a cocinar?
Con seguridad nunca lo sabremos porque el pequeño príncipe allá lejos, es muy reservado, casi tímido, y no da entrevistas. Lo que sí sabemos es quién puede guiar a los pequeños príncipes de estos tiempos en sus aventuras en ese planeta de aguas, fuegos y platillos (por suerte NO voladores) llamado cocina. Obvio, sus padres y madres, sí, pero con la ayuda de un chef “terrestre” con mucho humor y alto vuelo: ¡Topa!
Sí, Diego Topa el artista, compositor e intérprete que durante una década reunió más de un millón de niñas y niños en sus shows en vivo por toda América Latina, nos acerca ahora una faceta tan práctica como inspiradora: en el libro personalizado Mis primeras recetas, el artista de los ritmos pegajosos y alegres saca a las niños risotadas provenientes de una panza y mente felices.
Descubre las recetas divertidas y saludables
Lo hace entreteniéndolos y enseñándoles a manejarse y entender de qué va esto de cocinar sano y rico. Acompañado de su ayudante goloso, el ratoncito Simón, y de siete súper-ingredientes y superhéroes (destaquemos al yogur sin azúcar El Mordedor y al tentador Coco Cerebro Loco), Topa nos llevará de la mano en una geografía de platos y sabores.
Algunos de ellos son clásicos. Es el caso de “Hasta la pizza, Baby” o “Ta, te ñoquis”, versiones simplificadas de dos infaltables, ya no en cualquier hogar, sino en la vida de todos. Hay otros más de moda, como los “Cupcakes carnaval” y las “Queren-Donas” (saludables y de manzana, aclaramos).
Pero, la verdad es que Mis primeras recetas no es únicamente un libro de iniciación a platos o comidas dispuesto como un primer peldaño para que las pequeñas y pequeños sepan de qué se trata cocinar; aporta algo más importante: jugando y a las risas, entre adivinanzas y chistes, los hace entrar en las rutinas de seguridad, higiene, manejo de utensilios, habilidades básicas para moverse dentro de una cocina (incluso cuando no se quiere cocinar). Lo anterior los insta a entender cuáles son (y no son) las tareas adecuadas para su edad.
Por si fuera poco, el libro también hace entrar por la puerta grande de los sabores el gusto por las comidas que aportan nutrientes. Un ejemplo es el Capitán Energéticus, cuyos pelos (hojas) de verde brillante, llegado el momento adecuado, se convierten nada menos en que poderoso hierro siempre que luche acompañado a su gran amigo Mr. Vitamina C.
Junto a lo anterior, y tanto o igual de importante, Topa enseña a amigarse con la paciencia (los tiempos de preparación y cocción), con los placeres de la creación y la cooperación con sus hermanos y adultos, ¡y a saber cuándo pedir ayuda a un adulto!
Acercar a los niños a la cocina con el libro de Topa, es acercarlos a un futuro donde los juegos y afectos del hoy sientan las bases invisibles para la soltura, comodidad y autonomía de mañana. Los principitos en la cocina no olvidarán nunca los descubrimientos de estas expediciones del sabor.
