A lo largo de nuestra vida, la memoria es una de las herramientas más valiosas para nosotros, ya que es lo que nos permite aprender sobre el mundo en el que vivimos y almacenar nuestros recuerdos por siempre. Para los niños, la estimulación de la memoria es muy importante por encontrarse en pleno desarrollo. Además, ¿sabías que durante la infancia la memoria transita diferentes etapas?
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¿Cuáles son las etapas de la memoria de los niños?
De 0 a tres meses
Predomina la presencia de la memoria implícita, es decir, aquella que registra y almacena la información de un modo no consciente (memoria inconsciente), y que se encargará de la formación de «modelos mentales» que el niño podrá utilizar más adelante. Se trata de una memoria de reconocimiento (olores, sonidos, etc.). Esto se refleja en la capacidad de reconocimiento de la voz de una persona muy cercana, como alguno de los padres.
Aproximadamente a los seis meses
En este momento, la memoria a corto plazo se encuentra en pleno desarrollo. El niño reconoce completamente a las personas más cercanas en su entorno y a recordarlas, siendo capaz de diferenciarlas de las personas extrañas que no conoce. También comprende la relación que existe entre algunas acciones por creación de rutinas. Por ejemplo, a esta altura es capaz de señalar las imágenes y rostros de los personajes que ve en un cuento, ya que las recuerda. Asimismo, reacciona ante determinadas palabras e imita acciones simples.
De los 8 a los 12 meses
A esta altura, el niño ya se reconoce a sí mismo frente al espejo y en fotos. Ya está avanzando en la permanencia del objeto, con la representación de que los objetos existen aunque no los vea, trabajando sobre la base de la memoria de trabajo, ya que puede retener información y compararla con nuevos conocimientos, diferenciándolos. A su vez, comienza a desarrollar la capacidad de resolución de problemas al utilizar medios para conseguir fines. Ya es capaz de imitar gestos del adulto en su presencia e incluso retener e imitar gestos en su ausencia. Su memoria progresa en la anticipación y la relación causa-efecto basándose en experiencias pasadas recientes.
Desde los 12 meses
Aquí se da el desarrollo de la memoria semántica, es decir, la memoria que comprende los hechos sobre el mundo y la experimentación adquirida, y cuyo rol es fundamental en la adquisición del lenguaje. El niño recuerda mucho más debido a que ya cuenta con cierta expresión lingüística, y aparece la memoria explicita porque ya puede comunicarse. Memoriza y relaciona algunos sonidos con situaciones. Al llegar a los 18 meses, ya recuerda acontecimientos en un determinado orden espacio-temporal.
Desde los 24 meses
Es cuando el lenguaje empieza a expresarse de manera más estable y con fuerza, y con ello la memoria a largo plazo. Puede memorizar nombres de personas, objetos, colores, etc. Para este momento, el desarrollo de su memoria le permitirá seguir el hilo de un cuento, porque recuerda la historia. También expresa sus sentimientos básicos y los relaciona con situaciones.
Desde los 3 años
El niño logra identificar elementos y cuenta con una memoria consciente que le permite recordar diversas situaciones importantes que recordará durante su adultez. A esta edad, el desarrollo del lenguaje permite el desenvolvimiento de la memoria autobiográfica, y recuerda aquello con lo que tiene una experiencia directa, conformando los recuerdos que influenciarán en muchos de sus comportamientos futuros. También, en este momento empieza a desarrollar la atención y la capacidad de observación.
Desde los 6 – 7 años
Para este momento, las estrategias de la memoria se manifiestan con mayor habilidad. Lo mismo ocurre con la capacidad de agrupamiento y organización, lo que resulta en el mantenimiento de la información a corto plazo, así como su almacenamiento en la de largo plazo, esto permite al niño acceder a ella cuando lo necesite.
Es muy importante tener en cuenta que los adultos que acompañan al niño durante su crecimiento tienen un papel de suma importancia para ellos, ya que no solo podrán contribuir a su correcto desarrollo, ¡sino que también serán quienes les brinden una infancia feliz y llena de buenos recuerdos!
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